Jugar de adulto

Jugar de adulto es doblemente placentero. El niño juega por el  placer de jugar, de descargar, de reparar, de simbolizar, de expresar, de construir, juega por naturaleza.
De adulto jugamos por todo eso también, pero hay dos cosas muy importantes que lo hacen aún más placentero. El REGISTRO que tenemos de que estamos jugando, el registro que tenemos de estar en contacto,  registrar la vitalidad, significarla, darse cuenta de esa creación, de esa construcción, de ese placer ludico y  tambien el registro de la posibilidad de ELEGIR, la sensacion de libertad. Cada vez que juego de adulta, hago una pausa en mi propio movimiento lúdico y me digo " estoy eligiendo jugar" y eso...eso lo hace aún mas placentero, eso es mágico..

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