Temblar la vida
Sì.
A veces hace frìo, a veces sale el sol. Pero el frìo igual se siente cuando cruzàs de vereda y te envuelve la sombra. Pero no me quiero abrigar, abrigarse es tener miedo a temblar. Ya nos abrigamos demasiado cuando dormimos, cuando callamos. Y aùn màs cuando sentimos sin querer darnos cuenta. En cambio temblar, te mueve el alma, es bailar con el frío, es una cita con la vida.
Si puedo temblar, aunque tenga frío, por lo menos puedo tocar la vida, sentir mi realidad en carne y hueso, y que las risas y los silencios, me abriguen sin taparme demasiado.
Y si quiero un poco de calor, el dolor se encarga de eso, es cierto que quema, pero ayuda a derretir otros dolores, para hacer con esas cenizas melancòlicas, una hoja en blanco, a punto de escribir.
A veces hace frìo, a veces sale el sol. Pero el frìo igual se siente cuando cruzàs de vereda y te envuelve la sombra. Pero no me quiero abrigar, abrigarse es tener miedo a temblar. Ya nos abrigamos demasiado cuando dormimos, cuando callamos. Y aùn màs cuando sentimos sin querer darnos cuenta. En cambio temblar, te mueve el alma, es bailar con el frío, es una cita con la vida.
Si puedo temblar, aunque tenga frío, por lo menos puedo tocar la vida, sentir mi realidad en carne y hueso, y que las risas y los silencios, me abriguen sin taparme demasiado.
Y si quiero un poco de calor, el dolor se encarga de eso, es cierto que quema, pero ayuda a derretir otros dolores, para hacer con esas cenizas melancòlicas, una hoja en blanco, a punto de escribir.
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