Pisando fuerte
No es fácil pisar el suelo sosteniendo la vida sin encontrar algo de fragilidad en el camino. Tratamos de encajar nuestros pasos con nuestros pies. Pero a veces sólo podemos avanzar haciendo caminatas en puntas de pie, Para no sentir el frío de nuestro suelo interno, Caminamos frágiles por miedo a hacer contacto con nuestra realidad. Con nosotros mismos. Y pisamos mal. Resbalamos. A veces se nos escapan los pasos y solo queremos disimular. A veces caminamos despacito y sin apuro. Dejando que el tiempo corra atrás nuestro aunque nos toque la espalda. Y cada tanto, mientras caminamos, podemos sentir que somos dueños de una sonrisa a punto de crecer entre las ramas de nuestra vida. Que suben, suben cada vez mas. Y cuanto mas subimos, más a la altura del miedo nos podemos llegar a encontrar. A veces a nuestro propio árbol se le caen sus hojas cuando se le olvida de crecer. Y otras veces nos sentamos en las propias ramas hasta esucharlas crujir, y es allí cuando pegamos un salto antes de que nos caigamos. ¿ Sera que a veces preferimos caer sólos?.. Sin que ni siquiera una rama nos guie el camino hacia nuestro propio suelo. Y al saltar, inevitablemente, caemos pisando fuerte. Ya no podemos caminar ni en silencio ni en puntas de pìé .Miramos a nuestro alrededor y nos encontramos caminando alrededor de nuestros propios fríos, de nuestro vacío. Entonces nos abrazamos aireados. Agujereados. Sentidos. Finitos. Nublados. Pero vivos. Aunque con nuestros latidos colgando de un hilo.Y la vida deja de ser un gran abrigo para transformarse en algo que se puede sentir .Es que no somos más que huellas que respiramos para darles movimiento a nuestro propio suelo..
Comentarios
Publicar un comentario