Seres circulares

Ya no sé como se miden las cosas. Si al fin y al cabo, somos un círculo que no tiene medidas, que vive generando sentidos disparatados todo el tiempo, que escarba los días hasta llegar a la profundidad que uno quiere, que uno puede. Ya no quiero medir más las cosas por su número, por su color, por su forma. Sólamente observar la esencia de todo y a partir de allí, actuar.
¿En qué nos basamos para medir toda la existencia? ¿Para medir la felicidad? ¿Para darnos cuenta si el espacio de la vida es grande, es chico, es cómodo? ¿Cómo podemos saberlo si no podemos estar en otro lado mas que encarnarnos en nosotros mismos? Ni siquiere podemos compararnos con nosotros mismos.  Somos un boceto de la propia existencia. Este es el propio guión. Actuarlo a flor de piel, salga como salga, sea como sea. Por más palabras que nos olvidemos, por más miradas ajenas, por más miedo al salir a escena, por más temblores en el alma-
En una corta caminata, de esas cortas y profundas, que termino hablando conmigo misma, se me impuso la idea de ver a la vida como un escenario vacío. Sí, un escenario vacío que está creado para compartir. Un escenario vacío que se llena si uno sube al escenario sin máscaras. Desnudo. Si uno agarra ese telón y envuelve al mundo con él. Un escenario en el cual somos actores, y no espectadores de nuestra existencia.
Mi fín no es utilizar este lugar como un diario íntimo porque para eso está la mente. La mente como un "guarda-secretos". Tiene un candado y uno abre las pàginas que quiere, saltea algunas otras, se las muestra a quien desea, puede borrar, arrancar. Eso somos todo el tiempo. Alguien una vez dijo que lo único que se puede borrar es lo escrito. Lo que pasa es que aún borrando lo escrito la esencia de esa escritura no sabe desaparecer. Existe por siempre-
Me estoy yendo por las ramas y soy yo misma la que leo esto y lo disfruto, pareciese que es un mundo entre yo y yo. Entre mi tiempo, mi espacio, y todos mis pensamientos que están enjaulados pidiendo salir. Paciencia, de a poco todo llega.

A decir verdad, estoy sintiendo como todo llega, como se van dando las cosas. Tanto en un dibujo como en la vida misma se puede expresar un círculo. Y vuelvo a la idea de que somos seres circulares, rodando para todos lados y a veces siempre llegamos al mismo lugar.