Hoy siento el alma molida. Se me desprenden restos de mi ser de adentro mío. Caen en mí. como gotas de lluvia en un atardecer bien frío. Hoy siento que se me acoraza el cuerpo. Y en esa coraza se me van los dias. Y mi aire se agujerea cada vez mas hasta dejarme sin respiracion. Hoy me siento débil. O mas que debil, impotente. O mas que impotente, siento mi silencio duro. Y que me dura el silencio. Siento que me hundo en mi propia profundidad. Y me tambaleo. Me tambaleo de pié. De costado. En zig zag. Mi mirada está abierta pero mira por la mitad. Hoy noto una confusión en el medio de mi dolor. Una distancia en medio del camino. Y camino raspandome los pies al caminar. A veces existo a medias, y eso me duele entera. A veces me encuentro jugando como si nada, como si fuese una niña perdida entre una hamaca y su muñeca. Totalmente . A veces estoy latiendo a escondidas. Y ni yo misma encuentro el sonido de esos latigazos que da el corazón cuando alrededor hay una vida entera gritandome para que vaya corriendo a abrazarla. Y si, hay cosas que se me van de las manos. Estoy rasgandome. Y me quiebro debilmente. La suavidad me murmura al oído que hay espinas caminando por todos lados. Que aprenda a pisar fuerte y a traspasar el dolor. Así sí llegaré a algún lado. Sino no. Jugar a las escondidas sólo es un juego de niños.
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