Sueño de angustia

Soñar,
Con el alma dormida.
Soñar con la muerte despierta,
al costado del camino,
mirándome la cara.
Sin que me toque.
El ambiente era gris, las hormigas se arrastraban por la pared, el vacío se sentía. Eramos tres, que entre las sombras de la debilidad, mostrábamos fortaleza. La angustia les comía la cara, pero había que seguir, como se podía. Tocando una canción, bailando entre melodías desiertas, la muerte ya se la había llevado, y quedaban los restos de un pasado torcido, nublado, con cuerdas por la mitad.
Y al tocar una canción, yo quise imitarla. Se me rompió una cuerda. La quise arreglar, se hizo nudo. Se agrandó el nudo, y el nudo se me traspasó hacia mi garganta.
Una culpa me comió la existencia.
Sólo quise solucionarlo. Y viajé dormida, hacia un tren, dejando atrás a quien no puede caminar suficientemente ràpido como lo pude hacer yo. Me escapé. Siempre me escapo.
Llegaba tarde.
Aparece alguien, con los pasos rotos también, que están dentro mío y no me dejan seguir. Y también se escapó ¿ Se escapó porque yo me escapé? No lo sé.
Y mientras las cuerdas se arreglaban, y la muerte estaba presente. Me vinieron a buscar. La presencia mía estaba, y mi silencio también. Siempre colándose en todas mis situaciones, yo no lo invito a ningún lado, pero me sigue. Me sigue.
Nos fuimos caminando, cada cual hacia su lugar. Yo entre la diversidad, no sabía hacia donde ir.
En el sueño me escapé. O siento que se escapan de mí.
No lo sè.
Las personas que no pueden caminar, me estaban siguiendo, y yo corrí como una sombra verdaderamente cobarde.
Me despertó un calambre.
Y así comenzó mi día.
Quizás yo tampoco puedo caminar,
Y necesito que nadie se escape de mi lado.
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