El todo y la nada..
El todo y la nada.
Hay que aceptar que somos un punto infinito y minucioso en relación con este inmenso universo. Somos la nada misma sintiendo. Y si nos atrevemos a sentir dejamos de ser nada para convertirnos en todo. Y ¿que más agra
dable
que esto? Si hasta la nada misma siente ¿ Què más se puede pedir? Que
hasta lo más ínfimo de este mundo, hasta una pequeña molécula llena de
alma como es el ser humano, tenga la capacidad y la libertad de sentir
ilimitadamente. De moverse en libertad. De crear. De compartir. De
vivir. El universo nos permite todo. Tenemos un escenario lleno de días
para expresar. Y sí.. es verdad, somos nada. Somos un punto de
entrecruzamiento con otras personas. Una causalidad en relación a otros
seres. Un punto azarozo en medio del camino del otro. Una porción de
incertidumbre buscando una estabilidad perdida. Pero esto es lo que hace
que cada vida sea una particularidad irrepetible. Somos un detalle
autónomo. Un trozo de vida deambulando en el tiempo por única vez. Algo
irrepetible. Somos una nada auténtica. Un conjunto de ideas incoherentes
que se nos aparecen sin pensar. Cosas incompartibles por ser
incomprensibles para los demás. Somos nada. Al mismo tiempo que somos
una parte ínfima para el universo, somos el todo. Porque el todo y la
nada son dos partes de una misma porción.
"Somos una profundidad que a veces se queda viviendo en la superficie por miedo a rociar el fondo" En el fondo de nosotros mismos está esa semilla dormida esperando para florecer.
Y nuestra propia nada, que es la nada para el universo, es el todo para cada uno. Aquello que aparenta ser una falta se puede transformar en la propia completud. Y la falta por el hecho de ser nombrada dejar de ser vacío para transformarse en aquello que nos está llenando. Ese punto que a veces consideramos dentro nuestro como vacío, es la autenticidad que nos da un sentido para transformar esa nada irrepetible en un todo para cada uno de nosotros.
"Somos una profundidad que a veces se queda viviendo en la superficie por miedo a rociar el fondo" En el fondo de nosotros mismos está esa semilla dormida esperando para florecer.
Y nuestra propia nada, que es la nada para el universo, es el todo para cada uno. Aquello que aparenta ser una falta se puede transformar en la propia completud. Y la falta por el hecho de ser nombrada dejar de ser vacío para transformarse en aquello que nos está llenando. Ese punto que a veces consideramos dentro nuestro como vacío, es la autenticidad que nos da un sentido para transformar esa nada irrepetible en un todo para cada uno de nosotros.
"Y que esa semilla ínfima enterrada en una porción de tierra, se eleve hasta encontrar sus ramas y sus raíces para florecer."
Comentarios
Publicar un comentario