Juegos de la vida

Me pasa que vuelvo a entrar de nuevo en un juego. Un juego que ya es conocido. El juego de mi vida. El propio juego. Que si uno se detiene a meditar, puede llegar a la conclusión de que no somos un juego.

¿Somos un juego?

Al menos no somos esos juegos de los fichines que se pueden reiniciar una y otra vez. O que con una simple moneda comenzás a jugar nuevamente en el nivel que perdiste. Tenemos una simple ficha para el resto de nuestras vidas. Una ficha que puede durar una, dos, tres, cuatro jugadas.. Tendremos que elegir como superar los obstáculos. Y estar atentos cuando aparecen esas piedras que alguna vez nos hicieron perder. Pensar si son necesarios realizar esos "trucos" que nos ahorran caminos para llegar más rápido al próximo nivel. Tratar de usar el cuerpo cuando nos quitan las armas. Y atrevernos a enfrentar a los propios monstruos, el más temido objetivo necesario para pasar a la siguiente pantalla, que no es más que nuestra propia superación. Tenemos que saber cuando saltar para que no nos toquen esos monstruos que nos quitan vida y que nos van "encojiendo". Debemos saber correr cuando se nos está acabando el tiempo. Tenemos que aga

rrar la mayor cantidad de frutitas, alimentos o herramientas necesarias que se nos vayan interponiendo. Después disfrutaremos los "Bonus" por habernos concentrado en recoger aquellas cosas que nos llenaban de vida, por más de que tardemos un poco más. No nos sirve de nada quedarnos en un lugar firme, viendo como los enemigos están casi al final de la pantalla esperandonos para confrontar.
A veces sí.. es necesario poner PAUSA, para pensar cual puede ser la mejor estrategia para seguir avanzando. En otros momentos es necesario no correr tan rápido para no llevarnos las cosas por delante. Y entonces habrá que disminuir el paso, enfrentar cada obstáculo, disfrutar el camino y tratar de llegar a la meta con la mayor cantidad de vida posible. Al fin y al cabo, en algún momento llegaremos a la final. Que cuando llegue el momento, ese "Game over" no sea interpretado como una frustración, como una pérdida, sino como la gratificación de haber sabido disfrutar el juego.

Siempre estamos a tiempo de darle PLAY al botón de nuestra vida ..