Re-irse

"Usaba la risa,

Para teñir su dolor"

Se reía con astillas en el corazón.
Y aun así, seguía riendo.
Siempre.
Se le astillaba el alma.
Y aun seguía riendo.
Con su risa perfecta.

Y cuanto mas reía,
La risa más se le encarnaba,
En sus días,
Y cuanto mas reía, mas le dolía.
Su cuerpo comenzó a re-irse.
¿A dónde quería llegar?
Hasta que se le fueron soltando,
De a poco todas sus astillas,
Que de tanto reírse.
Se le caían solas.
La desnudez apareció,
Casi sin darse cuenta.
Y no le quedó mas remedio,
Que asumirse,
En sus huecos.
Se viò en el espejo.
Con las risas rotas.
Y los agujeros enteros,
Asumiendo su piel imperfecta.
Aceptando que la risa le abrigaba el paso.
Porque cuando la risa se cansa de re-ir,
En donde eso se fue, siempre algo viene.
Cuando la risa camina sin controlar el movimiento,
Se quiebra,
Y así la risa llora,
Cae desplomada con su máscara partida,
Abriéndose,
Y los labios,
Muestran su verdadera piel,
Con sus enteras roturas,
Suavizando,
Las lágrimas paspadas.
Todo su cuerpo,
Comenzó a llover,
A reír. A llorar. Todo junto.
Aceptando lo que cae.
Luego sintió alivio.
Y comenzó a reírse.
Íntegra.
Pero esta vez, no se iba a ningún lado.
Se quedaba apretujada con su risa,
Rota,
Imperfecta,
Pero verdadera.
Ya no se reía del dolor.
Se reía con el.
Lo dejaba circular adentro suyo,
Afuera suyo.
Lo sacaba a pasear.
Lo dejaba que juegue,
De la forma que quiera,
Con risa,
Con llanto,
Lo dejaba expresarse,
Lo dejaba ser.
"Cómo a veces nos defendemos con la risa,
Preferimos re-irnos, porque estar, implica llorar"